viernes, 13 de marzo de 2009

TE PROMETO



El ardiente verano no se libró de ser arañado por uno de mis gatos adicionales. EL MITO DEL HEROE fué el elegido para deleitarme por otras realidades.

Por ser un curso corto, solo 4 clases, no pudimos penetrar lo profundo que hubiéramos querido los 8 o 10 que llegamos hasta el final, pero el poseedor de los valiosos relatos supo elegir bien en quienes hacer foco de una manera exquisitamente placentera.

En la mitología griega, el héroe -Héros- es un ser victorioso, exitoso y semidivino, y por ser mitad humano y mitad Dios está obligado a mediar entre estos dos mundos.

El mito de Prometeo.

Prometeo era un Titán astuto al que le caían bastante bien los hombres, además no se medía a la hora de hacer enfurecer a Zeus, nada más y nada menos que el hijo de Cronos -dios del tiempo- el Titán de los Titanes.

Víctima de un engaño, Zeus se llena de ira y le quita el fuego a los hombres sentenciándolos a comer carne cruda. Pero Prometeo con su alma sagaz, se mete en el Olimpo y se roba algo de fuego sagrado para sus famélicos amigos.

Cuando Zeus se da cuenta decide castigarlo severamente, le pide a Hefesto que haga una imagen parecida al hombre, le da vida y la llena de dones, la llama Pandora. La envía con una caja en la que le dice hay presentes para Prometeo. Este, que de bobo no tenía un pelo, se da cuenta que esa caja loca no debe ser abierta nunca y le advierte de esto a su hermano Epimeteo -digno representante de la torpeza y necedad del hombre-, quién ya loquito por Pandora no le hace caso.
Pandora -digna embajadora de la imprudencia y necedad de la mujer- abre la caja y el verdadero contenido de ella, los peores males, se extienden por el mundo.

Zeus había logrado castigar a los hombres, pero le quedaba el intrépido Prometeo, estrella protagonista de sus furias.

Así que lo captura y encadena en la cima de una montaña dejándolo expuesto a una obsesiva águila que todos los días lo visita robándole una parte de su hígado. Pero como Prometeo es un héroe, por tanto un ser semidivino, su cuerpo se regenera, obligándolo a sufrir todos los días la misma tortura.

Un buen día tiene la suerte de que a Heracles le da por pasear por ahí, éste al ver a la asidua visitante dándose su diario manjar, le clava su flecha y libera a nuestro sacrificado justiciero.

Zeus se conmueve con la hazaña de su valiente hijo y reconoce que el castigo a Prometeo ha sido suficiente, decide dejarlo tranquilo.


Este es Prometeo, el héroe Pre-Vidente, arriesgado y astuto, que no solo le puso el hígado a la causa.