sábado, 13 de septiembre de 2008

TAAAXI !


La semana pasada me visitó una amiga que además de su acento caribeño venía con una pena de amor que la mataba, le entregó su corazón a una veinteañera demente, y sabe que esta demente y que lo mejor que le ha podido pasar es que la muy perra la dejara por su ex.. novio, pero para Caro nada de eso seca sus ojos, igual quiere estar con ella así termine crucificada.

Yo le decía que no podía seguir sufriendo como quinceañera más si su cédula marcaba más del doble, que los años sirven para eso, para aprender a darle a cada situación el peso que le corresponde… bla bla.
La veía desde arriba hecha mierda de una manera tan inocente que me arrugaba el corazón, sentada mostrándome el facebook de la chica/perra/loca y los mensajes del políticamente correcto grupo de amigos que avalaban su reconciliación, me recitaba cada una de esas palabras que le entraban como el palo del bus a Frida Kahlo.


Una semana después, escribo desde la confrontación. La mirada desde arriba con el discurso superado y la seguridad de que tengo todo bajo control se me ríen en la cara.


EL CHICO ESPACIAL se me venía acercando poco a poco, la última vez con un frío que me atravesaba los huesos me buscó en la parada y me transportó en su calientico auto hasta mi hogar. Quedamos de ir la próxima vez a tomar algo.

La próxima vez fué ayer. Empezó entre estrellas rojas, azules, supergigantes, y planetas extrasolares con sus numéricos nombres. Nosotros no pudimos hacer otra cosa más que seguir orbitando, ahora por Buenos Aires. De una manera muy cómoda la noche avanzaba, él sin esfuerzo me estaba derrumbando los justicieros que insistían en aparecer, no le interesaba demostrarme nada, era como yo lo estaba viendo y a mí me estaba gustando mucho lo que veía, por primera vez desde de mi ex.


Si me hubiera dicho a los 10 minutos que si me pedía un taxi estoy segura que me hubiera ido feliz a mi casa con el lápiz bien afilado a hacerle la raya con la inmunidad del rápido adios en mi lado de la cancha.

Pero me abrazó y me puso su casa a mis pies, lo ví y lo sentí tan real que le pedí que me pidiera un taxi…