jueves, 18 de septiembre de 2008

AUSENCIA



Hace 17 años era asesinado en una calle de Bogotá un mágico ser humano que sonreía y el mundo no podía menos que agradecerle por existir.
La reina que nos gobierna, la indeseable impunidad nuevamente se manifestaba, robándonos de nuestros brazos un ser difícil de reemplazar.
Mientras los que van por la vida haciendo lo que se les da la gana, en lugar de sentir miedo a ser sorprendidos -y ni hablar castigados- estén tranquilos por el respaldo recibido, los muertos en su espalda nunca serán los suficientes como para quebrarla.


Hace 38 años moría en Londres un mágico ser humano que sonreía y el mundo no podía menos que agradecerle por existir.
El desenfreno se apoderó de su magro ser y tuvo la mala suerte de estar sólo con una noviecita estúpida que nunca se había preguntado para que servia su cerebro y sin saber que hacer lo dejo morir, obligando a los que vivían y a los que vendríamos, a despedirnos de sus nuevas creaciones.


A esos dos seres de guitarra en el alma, ojitos dulzones y sonrisa real.