
Como terminó mi taller de buenas pelis -y aún no empiezan los del Rojas- armé una nueva formulita para las noches de los martes:
pelis $3.50 de Blockbuster
+
combo sintético de McDonald’s
+
as usual Chalala
=
Noche Gozosa
La de ayer superó mis expectativas. De la mano de The L Word la noche fue transcurriendo y con ella mis recuerdos…
El mundo gay no me es para nada desconocido.
En la universidad el grupo de amigos éramos como once, una noche haciendo una campaña el gran secreto fue revelado: el 15% era straight, el 75% gay y el 10% bi. De ese 75% sólo uno era hombre, el resto eran mujeres.
Así que las conversaciones y situaciones que muestra esta serie lejos de sorprenderme me traen los mejores recuerdos y me muestran lo bien hecha que esta.
Sin embargo ayer reconocí un elemento que la linkea más a mi historia: la locación.
La imparable L.A! esa mole gigante de historias, de lugares excitantes, de calles sórdidas, de personajes atrayentes, de noches eternas.. Hollywood mostrado como lo que es, un barrio donde vive gente de carne y hueso, donde se llora, se fuma, se ríe, se camina, se sueña.. Santa Monica con sus casas bajas y compartidas, sus calles poseídas por las bicis, su gente de todas partes del mundo entendiendo la verdadera realidad… L.A como te extraño!
Hoy voy por los siguientes episodios dispuesta a retomar esta inmersión en el mundo L wordístico sin tener muy claro cuando subiré a tomar aire.