sábado, 14 de junio de 2008

SUCKS AND THE CITY


Mientras caminaba, intentaba hacer memoria –algo difícil para mí- para descubrir que era lo que tanto me había gustado de la serie, y creo que era porque mostraba una realidad posible en el mundo femenino.
Siendo como soy, era extraño que esta serie que gira en torno a la vida de cuatro mujeres me divirtiera, me gustara y me identificara. Sabía que no somos como ellas, -a mí por lo menos me faltan unos cuantos dólares- pero sus diálogos y situaciones estaban muy bien contados, y algunos me habían pasado a mi también, y eso las hacía reales.

Creí que esos personajes nunca iban a reafirmar mi misoginia, pero el gran formato lo hizo posible.

La serie me la clavé completa y algunas temporadas -al mejor estilo Lost- las alquilé y las ví en rotativa, así que el tema de la duración no me afectó.
Si me afectó como masacraron los personajes sin piedad, como los guionistas se desentendieron de su trabajo y pegaron palabras sólo por el cheque, como nos balearon en exceso con marcas, diseños y styling, como se cagaron en los detalles que durante 6 años habían cultivado.

Algo de lo que me estremeció:

* El password. El cual además de ser obvio resultó de una torpeza en un primer plano dorado mas obvio todavía.
* La ausencia de Stanford. Al ser el mejor amigo de la protagonista la dejó más sola que una rata en su drama.
* El chiste del perro. La primera vez estuvo bueno y la segunda sacó una sonrisa, pero tres, cuatro y hasta cinco veces ya no es chistoso.
* Los pelos de Miranda. Fué una hipérbole tan fuera de contexto que por un momento pensé que estaba viendo Y dónde está el Piloto.
* Los vestidos 80’s. No encontré mucha diferencia con los que se habían puesto durante toda la película.
* La página web. Parecía la de una ama de casa que hace muffins de colores para vender en su neightborhood.
* Los niños. Son tan pésimos actores –habiendo talento infantil- que podrían haberse dedicado a enseñarles actuación mientras Kim Cattrall se decidía si ponía la firma o no.


Mis compañeras de sala:
* Soltaban carcajadas exageradas reafirmando su condición de chicas cool independientes.
* Algunas creyéndose muy progre fueron con su hija/pariente exponiéndola a todo tipo de poses sexuales que con suerte descubrirán en 20 años.
* Al final algunas manitos -que yo quise mutilar- se manifestaron expresando su emoción.


La peli me sirvió para darme cuenta que Carrie no existe, que es solo Sarah Jessica Parker haciendo una peli de una chica y sus amigas en busca del amor e intentando entender tan pregonado sentimiento.
Me sirvió para darme cuenta que esa excitante realidad femenina sólo es posible que aparezca poniéndo el DVD y apretando play.


Como no pico en los anzuelos comerciales, hoy -un día como cualquier otro- voy al estadio a disfrutar de uno de los espectáculos que más me gustan: ver jugar fútbol. Rodeada de los seres que más me gustan: los hombres.