
Me desperté más temprano de lo normal con un dolor que la periodicidad me ha obligado a tenerlo claramente identificado, la primera punzada es como el buu! fuerte y desprevenido de un amigo viendo una película de terror.
El desprendimiento mensual que sólo las mujeres experimentamos con tanta claridad, llega para algunas acompañado de depresión, contradicción, melancolía, irritabilidad... a mí por lo general solo me acompaña el dolor físico, pero ayer este invitó a todos los amigos anteriores.
Porque así tenía que ser, una reunión para ver un presupuesto con mi jefe se convirtió en el postergado encuentro que revisaría lo adentro del orto que me tiene metido el dedo. Mi cabeza, cuerpo y corazón poseídos por la femineidad no fueron los mejores guerreros y el desdeñable de mi jefe volteó el tablero para su lado –como es usual- y terminó dándole vueltas adentro.
La ilusión de levantar el día estaba puesta en lo que íbamos a ver en mi Taller de buenas pelis pues una buena peli siempre relaja. Pero por primera vez en 3 meses vimos una que no me gustó, no me identificó, no me relajó. Sería la amiga mensual mezclada con el cinismo de mi jefe lo que influenció? Seguramente.
Subía las escaleras que me entregarían al mundo exterior y ni mis ojos ni mi templanza lo soportaron, decidieron sacarse la careta y yo decidí dejarlos.
Caminaba mirando al piso y si hubiera ido mas despacio hubiera tenido que remar mis lágrimas. Una edición de tomas de 15 cuadros me abatallaban el cerebro: Muriendo sola en un viejo departamento alquilado, mirando por la ventana del taxi que me llevaría a Ezeiza para no volver nunca mas, metiendo el ansiado telegrama en el correo, doblando camisas en una tienda olvidada y despreciada… eran algunas de ellas.
Hoy no se que voy a hacer con mi vida laboral, no se si moriré sola o como Maju Botana con todo un séquito en mi lecho, no sé si esta ciudad será mi compañera eternamente. Solo sé que el tiempo no me espera, me dice: acá estoy, has conmigo lo que quieras.
De que me sirve desperdiciarlo amargándome por lo que va pasar si ni él mismo sabe cúal será su edad?
Todos los cambios que he hecho en mi vida han sido fieles a esta creencia, pero ayer se evidenció el tan rechazado género.
Vete con tus angustias desconcertantes y el próximo mes no te quiero ver haciendo esas escenitas.