Ayer en mi TALLER DE BUENAS PELIS vimos Luces al Atardecer, de Kaurismäki.
En los comentarios finales, el personaje principal fue radicalmente etiquetado como un perdedor –o loser para los más lejanos-. A mi me pareció un hombre si solitario, hosco, extraño, pero no un perdedor.
Y me fuí pensando en el tan nombrado adjetivo, y concluí que pretender no ser calificado como tal sería ser tan divertido como el gordo Larry.
Yo amo los casinos. Llenarme de fichas -y obviamente convertirme en una ganadora- puede ser un proceso tan eterno que prefiero prohíbirmelo.
En el juego, soy una perdedora.
Y en mi vida? Soy una perdedora?
Para el 75% de mis FRIENDS de Facebook estoy segura que si.
- Te has casado?
* No.
- Y tienes hijos? Es decir, has formado una familia?
* No.
- Bueno pero tienes muchos amigos!
* No.
- Y vives en Argentina porque te trasladaron?
* No.
- Ya compraste tu… monoambiente?
* No.
- Ah y ese novio que tenias? Siguen juntos?
* No.
- Seguro ya tienes otro y estan haciendo planes para el futuro!
* No.
- Peeeeero piensas en el futuro, o no?
* No.
Si ser perdedor resulta de tabular unos socialmente aceptables clicks en una casilla… Entonces en mi vida, también soy una perdedora.
Soy la Koistinen de la peli.
